- 1 view
By SmartWallboxes
Las políticas públicas y las iniciativas de fabricación están cambiando rápidamente hacia los vehículos eléctricos (VE). Pero a medida que el impulso hacia las carreteras totalmente eléctricas se vuelve más agresivo, también lo hace la resistencia. Incluso entre los que apoyan la adopción de medidas urgentes para luchar contra el cambio climático, hay quienes se preguntan por las ventajas y desventajas de los vehículos eléctricos. ¿Son realmente más eficientes desde el punto de vista energético? ¿O se limitan a cambiar la forma en que usamos la energía sin un gran impacto tangible?
Son preguntas justas, y es importante que tengamos respuestas claras. En última instancia, los vehículos eléctricos son más eficientes, pero habrá que tomar algunas decisiones intencionadas para asegurarnos de que realmente maximizamos esa eficiencia encontrando las mejores soluciones de ahorro energético.
Obstáculos que debe superar la energía de los vehículos eléctricos
Las preguntas sobre la eficiencia energética de los vehículos eléctricos son muy variadas. Hay un meme muy difundido en Facebook que afirma que “conducir un coche eléctrico no salvará el planeta”, lo que simplifica en exceso el argumento y es peligrosamente engañoso. Pero también hay cuestiones serias, como:
Si los coches eléctricos se alimentan de centrales de carbón o petróleo, ¿realmente reducen el uso de combustibles fósiles?
¿Cuál es el coste de todas las materias primas necesarias para producir las baterías que utilizan estos vehículos, tanto en términos de recursos mineros y de producción como de contaminación por esos procesos?
¿Es el proceso de reciclaje de las baterías tan seguro y eficiente como podría ser?
Estas preguntas plantean verdaderos retos que deben formar parte de cualquier política seria de elaboración y cambios en la fabricación. Pero la primera y más fundamental pregunta es: ¿son estos coches realmente más eficientes para empezar?
¿Son los vehículos eléctricos realmente más eficientes desde el punto de vista energético?
La respuesta corta es que sí. Los vehículos eléctricos consumen energía de forma mucho más eficiente que sus homólogos de gasolina. Según el Departamento de Energía de EE.UU., la pérdida de energía en un sistema de propulsión de un vehículo eléctrico es sólo del 15 al 20 por ciento, en comparación con el 64 al 75 por ciento de los motores de combustión interna. Esto significa que una parte mucho mayor de la electricidad que se introduce en el vehículo se utiliza realmente para conducirlo.
La eficiencia de un vehículo eléctrico depende de cómo se conduzca. Sin embargo, si se tiene en cuenta el frenado regenerativo, que utiliza el frenado para devolver la energía a la batería, cualquier vehículo eléctrico puede alcanzar el 100% de eficiencia energética.
Los beneficios van más allá de la eficiencia
Por supuesto, la eficiencia energética no es el único problema que pretenden resolver los vehículos eléctricos. También está la cuestión de las emisiones y los efectos medioambientales a largo plazo de la conducción. En este aspecto, los vehículos eléctricos también destacan.
Un estudio reciente descubrió que, a pesar de las mayores emisiones producidas durante el proceso de fabricación de la batería, las emisiones del ciclo de vida de un vehículo eléctrico con batería son significativamente menores que las producidas por los vehículos de gasolina. Y no sólo eso, sino que el hecho de que esas emisiones se concentren en las zonas de fabricación y minería -y no en nuestras ciudades- contribuye a mejorar la calidad del aire en los lugares donde viven y se desplazan las personas.
Para frenar aún más estas emisiones, necesitamos construir más centrales eléctricas e instalaciones que creen y utilicen energías renovables en lugar de combustibles fósiles. Cuando más centrales eléctricas se orienten hacia las fuentes de energía renovables, los vehículos eléctricos podrán aprovechar todo su potencial.
Soluciones de ahorro energético para la carga de vehículos eléctricos
Pero, ¿qué pueden hacer los consumidores y las empresas mientras tanto? ¿Podemos seguir maximizando la eficiencia energética de los vehículos eléctricos mientras esperamos a que se produzcan mejoras más amplias en las infraestructuras? Por supuesto. He aquí dos maneras.
Cargar durante las horas de menor consumo
Muchos proveedores de servicios públicos han puesto en marcha modelos de precios por tiempo de uso para incentivar a los clientes a trasladar la demanda de electricidad a las horas valle del día. Estos modelos están diseñados para reducir la presión sobre el sistema durante las horas punta, cuando los costes de producción de energía son más altos. El uso de la energía durante las horas de menor consumo también hace que el uso se oriente hacia las fuentes de energía renovables, lo que aumenta los beneficios medioambientales y la eficiencia energética.
Si anima a sus empleados o clientes a utilizar las estaciones de carga durante estas horas de descanso, ahorrará dinero en costes de servicios públicos y aumentará la eficiencia de su sistema de carga. Podría considerar la posibilidad de encontrar formas de incentivar esto trasladando esos ahorros a su personal y clientela.
Invertir en una infraestructura eficiente
Al considerar la posibilidad de invertir en una infraestructura de carga para vehículos eléctricos, también hay que sopesar las ventajas de ir un paso más allá. Las estaciones de carga combinadas con edificios de alta eficiencia energética pueden aumentar drásticamente la eficiencia de todo el sistema.
Un informe reciente del Rocky Mountain Institute, una organización independiente sin ánimo de lucro que trabaja para acelerar la transición a la energía limpia, sostiene que la readaptación de los edificios con tecnología de eficiencia energética para apoyar la carga de vehículos eléctricos debería ser una prioridad. Estas mejoras podrían, por ejemplo, permitir que el suministro de energía cambie sin problemas de sus oficinas a sus estaciones de carga de vehículos eléctricos en función de la demanda. Incluso podría permitir la carga inteligente en ambos sentidos, utilizando las baterías de los vehículos como almacenamiento de reserva para la energía que puede utilizarse durante las horas punta.
El resultado final
Los vehículos eléctricos son una pieza indispensable del puzzle para construir un futuro más sostenible. Pero eso no significa que debamos apresurarnos a desplegar los vehículos eléctricos y su necesaria infraestructura de recarga sin pensar en cómo hacerlo de la manera más eficiente.
Cuando su empresa ponga en marcha un plan para apoyar el abandono de los vehículos con motores termicos, puede hacerlo con la seguridad de que está haciendo una inversión inteligente. Sin embargo, considere sus opciones cuidadosamente y maximice sus soluciones de ahorro de energía a largo plazo.